RONCADORAS DE ÑAHUIN (Ancash)



La música: Patrimonio cultural intangible
LAS RONCADORAS DE ÑAHUÍN (Ancash)
Testimonio de continuidad y pertenencia. 
Por: July Sánchez Fuentes
Investigadora Cultural.

La práctica de las roncadoras y su articulación a los tiempos modernos constituye una forma de resistencia en la continuidad de la cultura regional, asimismo, es la reafirmación de los valores tradicionales, no obstante que existe la tendencia a perder la memoria musical incorporando la ejecución de un cancionero más moderno.

La región ancashina conserva hasta la actualidad, la memoria musical de géneros tradicionales como el huayno, la chuscada y el pasacalle; en cuanto al uso de instrumentación, la música en Ancash se caracteriza por la ejecución con mayor representatividad de conjuntos musicales compuestos por instrumentos fundamentalmente de cuerdas como la guitarra, el violín y la mandolina adicionándole el uso de acordeón. Otras variantes musicales en esta zona son las bandas de músicos, organizada con instrumentos de viento como trompetas, trombones, clarinetes y de percusión como el bombo y las tarolas. Sobre los instrumentos musicales nativos en Ancash existe escasa información, pese a que su subsistencia en las zonas rurales expresa con justicia la demanda de una mayor atención.  

 LA RONCADORA
     
Se conoce como roncadora al instrumento musical que comprende como unidad complementaria, un pinkullo o flauta y una tinya tambor grande también llamada caja, ambos elementos son ejecutados por el músico en forma melódica al mismo tiempo. Este instrumento musical de características ancestrales es propia de las diferentes zonas Alto Andinas del norte del Perú como Cajamarca, La Libertad, Huánuco y Ancash. De acuerdo a cada región este instrumento adquiere particularidades específicas distinguiéndose tanto en su morfología como en los diversos modos de ejecución.

No obstante, antecedentes históricos ubican al complejo “flauta y tambor” como originarios de la Península Ibérica existen hallazgos también de estos dos instrumentos musicales que componen la roncadora que podrían ser considerados como antecesores desde épocas precolombinas pudiendo mencionar el caso de los silbatos y tambores de arcilla de las culturas pre Incas como NazcaMochica o Cotosh se sabe de esta existencia por hallazgos arqueológicos e iconografías en objetos sólidos.

Entre los años de 1782 y 1785 el Obispo de Trujillo, Baltasar Martínez Compañón encomendó pintar 1300 acuarelas sobre costumbres de su jurisdicción, en las referidas danzas se encontraron, también, 21 acuarelas que representan a músicos ejecutantes que en forma simultánea utilizaban armoniosamente: la caja y la flauta. Asimismo en las ilustraciones de Guamán Poma de Ayala se aprecian ambos instrumentos por separado en los dibujos de la Fiesta de los Chinchaisuyo y Collasuyo; y  en otro apunte, un hispánico tañendo un pequeño tambor sosteniendo con la otra mano una flauta.
  
El Pinkullo.- En cuanto a la transformación de ambos instrumentos, esta es observable a través del material empleado para su elaboración. Por ejemplo podemos mencionar que en el caso de la flauta o pinkullo se ha registrado en su construcción desde elementos como la arcilla, el hueso de animales, los caracoles, el carrizo, la madera hasta el uso de los tubos dúctiles. En el caso particular del pinkullo elaborado con huarauya en la comunidad de Ñahuin, durante los últimos diez años la población de esta región ha estandarizado su tamaño. Las flautas o pinkullos que usan para la ejecución de huaynos miden 56.5 centímetros mientras que las que usan para la ejecución de melodías que acompañan las danzas tradicionales precisan una longitud de 49.5 centímetros. Otra característica es que posee tres agujeros de siete mm ubicados dos en la parte frontal y uno en la parte posterior. El diámetro interior del tubo es de once mm y el exterior de veinticuatro  mm. En cuanto a su clasificación según afinaciones están son nombradas como: “Primera”, “Segunda”, “Media segunda” y “Tercera”.

La Caja.- En lo que respecta al instrumento de percusión, originalmente para su confección se usaba la madera proveniente de la corteza de árboles nativos como el maguey, el sauce o el eucalipto; actualmente este uso se ha sustituido por las planchas de triplay. El revestimiento de la membrana que cubre la caja básicamente empleaba el uso de cueros de carnero; hoy en día el cuero que se remoja en agua de cal para luego coserlo pertenece a animales como el chivo o la cabra, teniendo como consideración el opuesto complementario del cuero del chivo “macho” para el “golpe” y  “hembra” usada para el “retumbe”. Ostenta un diámetro de setenta centímetros y veinticinco centímetros de fondo; los “aros” que amoldan la forma cilíndrica  son de tallo de “nunuma”, en el caso de los “templadores” que afianzan los “aros” estos son de algodón, fibra de penca o cabuya.

Nominaciones tradicionales.- El nombre de roncadora que le asignan los pobladores a este instrumento, proviene como consecuencia del sonido emitido por ambos elementos que la conforman. En el caso del pinkullo por ejemplo, se considera que éste emite sonidos armónicos que producen entonaciones ásperas de ahí que le adjudiquen que el instrumento “ronca”. En el caso de la caja, el retumbe del golpe genera vibración de la cuerda ubicada en la parte media de la membrana o cuero, provocando un sonido de resonancia al que también reconocen como “ronca”.

En cuanto al músico ejecutante de estos dos instrumentos a la vez, se le conoce en esta región de Ancash con el nombre de Chiroco o Cajero.  La forma de organización tradicional de estos músicos Chirocos era en pareja, el proceso de masificación de las fiestas en la actualidad han adicionado hasta en diez a doce Cajeros que al interpretar la música al unísono producen un incremento en la sonoridad rítmica y melódica.

Formas musicales.- Las roncadoras producen música en los diferentes acontecimientos sociales de la comunidad rural. Subsiste como música funcional para los rituales en las faenas agrícolas como por ejemplo la “relimpia de acequia”; también acompañan las festividades de construcciones de casa y se presentan acompañando las plegarias para los difuntos. Cuando actúan en reuniones familiares y actividades festivas de la región, lo hacen interpretando el repertorio de huaynos y chuscadas, propio de los bailes colectivos. Distintos estilos musicales son las danzas costumbristas regionales como los Panataguas y los Shacchas los mismos que demandan la especialización de determinados modelos de pinkullos para cada una de las prácticas.

Las roncadoras funcionan con autonomía en oposición a las bandas de músicos. Su articulación a los tiempos modernos es una forma de resistencia en la continuidad de la cultura regional  y es la reafirmación de los valores tradicionales, a pesar que existe tendencia a perder la memoria musical, incorporando la ejecución de un cancionero moderno.

Documental etnográfico: Las roncadoras en Ñahuín

La comunidad de Ñahuín es una  población fundamentalmente de agricultores, se encuentra ubicada en la margen derecha del río Corongo, junto a las comunidades de Tauribamba y Llopish integran el anexo denominado Nueva Victoria. Se llega a Ñahuín por una trocha carrozable al norte de Corongo en la región Ancash. Su procedencia se origina con migrantes venidos de PomabambaSihuas y la hacienda de Andaymayo.  La comunidad de Ñahuin es conocida en la zona de Corongo y alrededores por mantener la tradición musical regional de familias de chirocos maestros ejecutantes de roncadoras  una costumbre que en otros lugares se ha dejado de practicar.

Sinopsis argumental.-

Las roncadoras en Ñahuín es un documental que forma parte del catálogo “Videos Etnográficos del Perú” producido por el Centro de Documentación y Archivo Audiovisual. Recoge el testimonio principal de CESAR MORI MINAYA, maestro instrumentista y artesano constructor de roncadoras, instrumento musical de características ancestrales propias de las zonas alto andinas del norte del Perú. El maestro Cesar Mori, natural de la comunidad de Ñahuin es descendiente de una familia de músicos, su padre proveniente de Andamayo en Sihuas fue músico ejecutor del arpa y violín. Con sus hermanos integraron por muchos años “Las roncadoras de los Hermanos Mori” Su arte musical lo ha llevado por diferentes lugares de su región y se encuentra comprometido activamente en la labor de preservación y difusión de esta tradición musical regional. Su testimonio proporciona conocimientos sobre la práctica de las formas y los estilos musicales en esta zona de Conchucos; otros testimonios que acompañan el documental son los de su hijo Edwin Mori, el de la Familia Rosales y el veterano músico Francisco “Pancho” Díaz.

Referencias:
GUAMÁN Poma de Ayala, Felipe. Nueva Crónica - Buen Gobierno. Siglo XXI Editores S.A. México 1980.
FUSTER, Jean, Chinchayhuara, Héctor. La roncadora, fuente de repertorio de música tradicional y recurso didáctico para la iniciación de la ejecución musical a nivel secundario. Tesis para optar el titulo de docente en Educación Artística. Especialidad de folklor, mención Música. Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas. Lima, 2006.
CD Etnomúsica de Corongo: Shajshas y panatahuas. Producción Jorge Trevejo Méndez. Lima, 2004
MANSILLA, Vásquez Carlos. Panorama general de las roncadoras. Programa de Arqueomusicología Andina. Dirección de Investigación. Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas. Exposición multimedia, Lima,16 de junio del 2010. Biblioteca Nacional del Perú.

REGISTRO VISUAL:

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